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Posts Tagged ‘esto siempre se ha hecho así’

¿Cómo se da la metadona en tu centro de salud?

de izquierda a derecha: dispensador de zumo, dispensador de metadona.

Hace dos días conocimos de primera mano cómo funciona el programa de mantenimiento con metadona que se aplica en Gijón y área perimetropolitana. Dos resúmenes muy recomendables son los que han hecho Ana y Javi.

Aquí en Gijón:

1.- El paciente acude al centro de salud (el que quiera claro).

2.- El médico lo deriva a la UTT (Unidad de Tratamiento de Toxicómanos), equivalente del CPD nuestro.

3.- En la UTT el psiquiatra decide qué recurso de los disponibles es el más adecuado. En el caso de que consensúen emplear el mantenimiento con metadona…

4.- El mismo psiquiatra le titula de dosis de metadona (a la baja, que el mercado negro de metadona pura está que arde).

5.- En torno a la primera semana el usuario se desplaza a la UTT para las primeras tomas y que el psiquiatra valore su adecuación.

6.- En lo sucesivo será el metabús el que le acerque las dosis al usuario, mezclada con tang para evitar pinchazos. El metabús lo comanda un enfermero entrenado al efecto. El usuario será citado con cierta periodicidad para nuevas revisiones en la misma UTT.

 

Descubro al mismo tiempo que no tengo ni idea de cómo se hace en Pino Montano. Ni en cada centro de salud, donde me consta que funcionan de forma diferente. Ni en otras localidades ni comunidades.

En vuestros centros de salud, ¿cómo se dispensa la metadona?

DE BAJAS, ALTAS…Y MEDIANAS.

diciembre 19, 2010 3 comentarios

En este año y medio de residencia, mi relación con las bajas/altas laborales ha pasado por varias etapas:

Al principio pensaba que se trataba de temas estrictamente burocráticos, un follón de papeles, firmas y pérdida de tiempo, que se repetían semanalmente. Un ejemplar para el trabajador, otro para la empresa, otro para la Inspección…, parte de confirmación, parte de baja, parte de alta… Temas que yo estaba convencido que debería hacer otra persona, un administrativo por ejemplo. A lo largo de una mañana se repetían conversaciones del estilo de:

–       Buenos días doctor.

–       Buenos días don fulanito, ¿qué le trae a usted hoy por aquí?

–       Nada nada, venía únicamente a por la baja.

–       Muy bien, no se preocupe, aquí tiene.

–       ¿Entonces hasta la semana que viene no?

–       Sí sí, hasta la semana que viene.

Al poco tiempo empecé a ver la gestión de la IT como una oportunidad de “ganar tiempo”, frente a consultas más “importantes”. En cuestión de segundos atendía al paciente, sin a veces dejarlo sentarse, y rápidamente le entregaba sus partes.

–       Ah buenas don fulanito, ¿venía usted a recoger sus partes no?

–       Sí, pero…

–       Tome tome, ya se los tenía preparado. Hasta la semana que viene. …¡¡siguiente!!…

Poco a poco fuí entendiendo la importancia de gestionar la incapacidad, su peso en la conexión con el paciente y la habilidad necesaria para saber “llevarla”. Me fuí situando en el otro extremo. Preocuparme por la evolución de la enfermedad causante de la baja, indagar sobre los motivos ocultos de ésta, motivar, animar, ayudar, al incapacitado. La consulta del parte de confirmación resultó ser la de más duración.

–       Hombre don fulanito, buenos días, ¿qué tal va todo?. ¿Va mejorando ese dolor de espalda?

–       La verdad es que no doctor. No pude hacer los ejercicios que me mandó y además tuve que arreglar un grifo que se estropeó y no paré de estar torcío, justo lo que usted dijo que no hiciera, pero qué podía hacer…

–       Bueno, ¿y se solucionó el tema del grifo o no?

–       Sí sí, ya sabe que con la crisis, uno tiene que hacerlo todo.

–       Bueno, pues qué tal si continuamos una semanita más con el tratamiento, a ver si puede hacer lo que le dije y puede no hacer sobreesfuerzos. Tome el parte de confirmación, ya nos veremos la semana que viene.

La realidad es que la gestión de la IT supone un enorme peso para cualquier médico de familia (las consultas para la tramitación y renovación de las incapacidades laborales suponen entre el 17 y el 20% del total que desarrolla un médico de familia en su actividad habitual).En Andalucía, se expiden unas 850.000 incapacidades temporales al año con una duración media de 54 días, lo que genera un total de 8,5 millones de consultas al año relacionadas con la renovación y el alta laboral. Esto supone que cada médico atiende más de 1.700 consultas por este motivo al año en su centro de salud. Si se

tienen aproximadamente en un cupo cualquiera, a 30 personas de baja laboral, deberías dedicar casi un día de la semana a la supervisión y emisión de partes de baja, alta o confirmación. Además supone un permanente conflicto en la relación médico-paciente. La realidad social y laboral hace que en muchas ocasiones haya un abuso por parte de los pacientes. Esa sensación de que nos están tomando el pelo no es rara, aunque tampoco es la norma. “Engañar” al médico es relativamente fácil.

Se plantea la necesidad de que las enfermedades tengan estandarizadas días incapacitantes, por encima de los cuales el médico de familia deja de tener competencias. De esta forma, padecer una lumbalgia por ejemplo, serían 10 días de baja, tras lo cual se da de alta de forma automática. Si en ese periodo, el paciente mejora, acude a su médico para adelantar el alta. El médico también podría citarse al paciente para ver la evolución y posibles variaciones terapéuticas. En el modelo inglés por ejemplo, ausencias de menos de 7 días las justifica el paciente. Si la duración es mayor se hace un informe recomendando la ausencia laboral durante un tiempo fijo o reevaluable. Y esto lo puede hacer el cirujano que ha operado a una persona o el traumatólogo que ha reducido una fractura y va a revisarle en un tiempo fijado.

Algo parecido se está poniendo en marcha en Navarra, y algo parecido es lo que se está probando aquí en Andalucía, con el programa IT 21. El proyecto se inició a principios de año en 12 centros de salud, y consiste en darle al paciente, en un único acto, todos los partes de confirmación (hasta un máximo de 12) que se estimen dentro del tiempo mínimo estándar para su recuperación, con lo que se evita que el ciudadano acuda semanalmente a consulta para renovar estos partes. Se incluyen 30 patologías (lumbalgia, cervicalgia, ciatalgia, cólico renal, torcedura o esguince de tobillo, trastorno depresivo, esguince cervical, trastorno de ansiedad…). El tiempo mínimo estándar para su recuperación no lo he encontrado, a ver si podéis ayudarme.

No sé que os parece este programa, si lo conocíais o si sabéis algo más. A priori y según los resultados en el programa piloto, parece que se ha conseguido la reducción en un tercio de las consultas de médicos de familia relacionadas con los trámites administrativos derivados de las renovaciones de las bajas en los doce centros de salud en la que se ha llevado a cabo. Además se han evitado desplazamientos a los pacientes.

El tema es bastante conflictivo. Yo he escuchado a médicos opinar que nada de esto debería de llevarlo un médico de cabecera, que es una lacra. También están los que piensan que es competencia del médico de familia, que es una herramienta más en el abordaje integral del paciente. Posturas intermedias, programas de ayuda para solucionar conflictos en determinadas situaciones, la implicación de las especialidades médicas… supongo será forma de afrontar el problema. ¿Qué opináis?. Y todo esto mientras ya hay profesiones a las que les obligan a devolver los días que han estado de baja…

La vía oral frente a la intramuscular… adentrándonos en el tema

noviembre 18, 2010 3 comentarios

Cuando te duele la cabeza y estás en tu casa te tomas un paracetamol 650mg (algún día hablaremos de eso de dosificar por sistema el paracetamol a razón de 1g cada 6-8 horas) por vía oral. Si vas a urgencias (del centro de salud o del hospital) con un dolor de cabeza, independientemente de que te hayas tomado algo previamente, lo más probable es que te administren un antiinflamatorio o analgésico por vía intramuscular… ¿es eso lógico? ¿hay ciencia detrás de esa actuación, o solamente hay manías adquiridas, justificaciones de «eso siempre se ha hecho así» y afán de educar al paciente partiendo de prejuicios sobre su conducta?… pues veamos si alguien ha escrito algo a ese respecto.

En un artículo recientemente publicado en la revista de la American Academy of Family Physicians de título «Evidence for the Use of Intramuscular Injections in Outpatient Practice» (accesible de forma gratuita y descargable en formato pdf) se hace una revisión narrativa de este tema centrándose en cuándo está indicado y cuándo no el uso de la vía intramuscular en el uso ambulatorio de antibióticos, corticoides, antiinflamatorios,…

Recomendable… tanto como pararnos a pensar que si alguna vez ponemos una inyección «porque es lo que quiere el paciente» o porque «para que vea que si viene al hospital lo menos que se lleva es un pinchazo» deberíamos reflexionar un poco…

¿comentarios?…